El ministro de Seguridad, Gustavo Sánchez Velásquez, ordenó la intervención inmediata de los municipios de Morazán y Yoro luego de los recientes hechos violentos registrados en esa zona del norte de Honduras, entre ellos una masacre ocurrida en un gimnasio donde fueron asesinadas cuatro personas.
De acuerdo con el informe policial, la masacre ocurrió en horas de la mañana del lunes en la colonia El Progreso, municipio de Morazán, departamento de Yoro.
El suceso fue reportado a través de una llamada al Sistema Nacional de Emergencias 911, que alertó sobre la presencia de varios cuerpos sin vida en el interior de un gimnasio del sector.
Al llegar al lugar, los agentes confirmaron el hallazgo de cuatro hombres asesinados con armas de fuego, uno de ellos identificado como Óscar Roberto Melara Botto, alias “El Pollo”, de 28 años, conocido en la zona.
De acuerdo con los registros policiales, Melara Botto había estado recluido en el Centro Penitenciario de El Progreso en 2022, tras ser condenado por asesinato. Posteriormente, recuperó su libertad mediante una carta judicial.
Las otras tres víctimas, quienes se desempeñaban como empleados de seguridad del fallecido, fueron identificadas como hombres de 20, 29 y 42 años de edad, originarios de Morazán (Yoro), Santa Bárbara y San Pedro Sula, respectivamente.
Según testigos, cinco sujetos fuertemente armados —algunos vestidos con fatiga militar y otros con indumentaria similar a la de la ATIC— irrumpieron en el gimnasio, preguntaron por las personas armadas y, al identificarlas, dispararon sin mediar palabra.
Las autoridades manejan como principal hipótesis una disputa entre grupos criminales rivales, aunque no se descartan otras líneas de investigación.
Ante la gravedad de los hechos, el ministro Gustavo Sánchez ordenó reforzar la presencia policial y militar en la zona. Equipos especiales integrados por la Dirección Policial de Investigaciones (DPI), la Dirección Policial Anti Maras y Pandillas Contra el Crimen Organizado (DIPAMPCO) y la Dirección Nacional de Prevención y Seguridad Comunitaria (DNPSC) fueron desplazados a los municipios de Morazán y Yoro.
El objetivo, según la Secretaría de Seguridad, es restablecer el orden, garantizar la seguridad ciudadana y capturar a los responsables materiales e intelectuales del ataque.
Agentes de la Policía Nacional realizan el levantamiento de evidencias, análisis de cámaras de seguridad y recolección de testimonios que permitan identificar a los autores del crimen.
Las autoridades también analizan el historial delictivo de las víctimas y las posibles conexiones entre los grupos armados que operan en el norte del país.
