La hondureña Sussete Atuán Rojas fue absuelta el lunes por unanimidad de votos por la Sala I del Tribunal de Sentencia, en el caso relacionado con las llamadas «empresas fantasma» del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS).
Atuán Rojas enfrentaba un proceso judicial por el delito de lavado de activos, acusado por el Ministerio Público, pero el tribunal determinó que no existían pruebas suficientes que demostraran su participación en los hechos.
El abogado defensor, Marcelino Vargas, explicó que el tribunal concluyó que la acusación fiscal «no profundizó en las investigaciones y solo estableció una vinculación familiar», ya que su clienta es sobrina del exdirector del IHSS, Mario Zelaya, y pariente de José Zelaya, también involucrado en el caso.
De acuerdo con la defensa, se comprobó que los más de 1.2 millones de lempiras que recibió Atuán Rojas provenían del pago de una deuda documentada por su difunto esposo, y no de actividades ilícitas.
Durante su declaración, Sussete Atuán afirmó que ya había sido «condenada por la opinión pública» debido al impacto del desfalco en el Seguro Social, pero reiteró que solo es responsable de sus propios actos.
«Mi madre falleció en el IHSS porque no soportó el circo mediático que se generó por este caso», expresó entre lágrimas, lamentando que la justicia la haya involucrado únicamente por su parentesco.
La acusada también cuestionó al Ministerio Público por sus falencias en la investigación y por requerirla «solo por tener vínculos familiares con otros implicados».
Cabe recordar que Atuán Rojas ya había sido absuelta en 2017, pero la Sala de lo Penal anuló aquella resolución tras aceptar un recurso de casación presentado por el Ministerio Público, ordenando la repetición del juicio, el cual ahora vuelve a concluir con su absolución.
