A pesar de los temores infundados durante la campaña, presagiando lo peor, los hondureños salieron ayer a votar masivamente, para elegir al presidente, diputados y alcaldes para el período 2026-2030, bajo un ambiente de paz y demostrando su alta vocación democrática.
Las urnas cerraron a las 6:00 de la tarde sin ninguna incidencia relevante de violencia ni confrontaciones entre los simpatizantes de los partidos en contienda, como se había advertido, al punto que muchos negocios en la capital reforzaron puertas y ventanas por miedo a que estos fueran vandalizados.
Antes que se diera el pitazo inicial de la votación, a las 7:00 de la mañana, largas filas se habían formado en las afueras de los centros de votación en la capital, lo mismo que en las principales ciudades del interior, con una continua afluencia a lo largo de la jornada, que fue ampliada después de las 5:00 de la tarde, para poder evacuar a los que seguían esperando después de esa hora.
Sin la presencia de la magistrada Cossette López, el Consejo Nacional Electoral (CNE) inauguró la votación en el Instituto Central Vicente Cáceres de Tegucigalpa, en presencia de invitados especiales, evento transmitido entre las 6:45 y 7:00 de la mañana, en cadena de radio y televisión.
En este acto, la magistrada presidenta del CNE, Ana Paola Hall, dijo que el proceso quedaba en manos de las Fuerzas Armadas de Honduras (FF. AA.), con la presencia del jefe del Estado Mayor Conjunto (EMC), general Roosevelt Hernández; mientras que su compañero de pleno, Marlon Ochoa, invitó a la población a votar masivamente y pidió a los candidatos evitar declaratorias prematuras.
Desde un centro de votación donde ejerció el sufragio, López explicó que no había acudido a este acto por temor a ser agredida por colectivos del partido oficialista. Incluso, en el momento que daba la entrevista a la prensa, dijo haber sido fotografiada por desconocidos vestidos de militares.
AMBIENTE FESTIVO
Largas colas de votantes en los centros urbanos de la capital fue la constante de las elecciones, celebradas en un ambiente de tranquilidad, en contraste con la encarnizada pelea durante la campaña que mantuvieron la oficialista Rixi Mocanda con sus rivales opositores, el liberal Salvador Nasralla y el nacionalista Nasry Asfura, conocido como “Papi a la orden”.
En los barrios populosos podían verse carpas de los tres partidos mayoritarios en contienda, brindando información a sus parciales con altoparlantes y música pegajosa.
También participaron en estas elecciones “Chano” Rivera, del Partido Democracia Cristiana, y Nelson Ávila, del Partido Innovación y Unidad (Pinu), con poca propaganda y ninguna logística para movilizar el voto.
Personas de todas las edades y familias enteras se miraban en las principales calles de los barrios y colonias, en un ir y venir durante todos los comicios, y guardando la cordura en la larga espera, en algunos casos de hasta seis horas, para poder votar.
