Un informe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) reveló que la migración de hondureños hacia Estados Unidos se origina principalmente por factores estructurales como la falta de oportunidades económicas, la inseguridad ciudadana y los efectos de los fenómenos naturales, destacando que la extrema pobreza y el desempleo siguen siendo los principales detonantes de este fenómeno.

Según el estudio, el 40.1 % de los hondureños vive en situación de pobreza extrema, mientras que 3.6 millones de personas cuentan con empleos asalariados. Estos datos, de acuerdo con la OIM, reflejan la necesidad urgente de fortalecer los procesos de reintegración laboral y económica en el país.

El jefe de Programas de la OIM, Roberto Canizales, señaló que el documento recopila información clave sobre el perfil y las necesidades de los migrantes retornados, quienes en su mayoría pertenecen a la población económicamente activa, pero enfrentan barreras para acceder a empleos formales y de calidad.

Canizales recomendó al Estado hondureño fortalecer las alianzas público-privadas, impulsar la formación técnico-vocacional y los programas de certificación de competencias, así como apoyar a las pequeñas y medianas empresas (Mipymes), que representan el principal motor de empleo en el país. Además, instó a reducir la brecha digital, especialmente entre las mujeres retornadas.

El informe también advierte que los migrantes retornados enfrentan obstáculos estructurales que dificultan su reinserción económica, lo que limita sus posibilidades de desarrollo.

Asimismo, revela una marcada desigualdad de género en la participación laboral: el 73.9 % de los hombres forma parte del mercado de trabajo, frente a solo el 40.9 % de las mujeres. La brecha digital y las responsabilidades domésticas y de cuidado contribuyen a esta disparidad, aumentando la vulnerabilidad de las mujeres a empleos informales y precarios.